Ayer estuve siguiendo a la distancia el IAB Conecta 2011. El evento está dirigido a profesionales del marketing y de publicidad que buscan acercarse a internet como plataforma para sus estrategias. Me parece excelente que se generen estos espacios en México, que haya -por fin- en nuestro país estos foros para quienes buscan compartir ideas para "vender" y generar recursos para las páginas de internet. Además, aplaudo diplomados y eventos académicos para quienes por años buscaron capacitarse en esta área. Ya en algún foro comenté sobre la importancia de tener dentro de nuestros equipos web a personas dedicadas exclusivamente al marketing, a la publicidad y a las ventas digitales.
Por otro lado, a reserva de lo que pueda pasar hoy, escucho y veo otra vez intervenciones de ejecutivos de diferentes empresas que hablan de sus casos de "éxito" para el refresco o el automóvil representativo de su marca. Al mismo tiempo, veo un entusiasmo desmedido por las redes sociales, como lo hemos venido percibiendo desde hace un par de años, entusiasmo que ciega las infinitas posibilidades que tiene la red en materia de marketing (permítaseme este apunte sin ser experto en la materia, pero sí al haber sufrido al generar ingresos al momento de dirigir un sitio de noticias). Ya, también, en algún momento citaba a Peter Shankman, un experto en marketing -hoy metidísimo en medios digitales- que nada más tiene como clientes a la NASA, al Gobierno de EU, Haworth, Disney, Foley-Hoag LLP, American Express, entre otros pesados, quien sostiene que no a todas las marcas les conviene una campaña digital. Este joven especialista en publicidad sostiene incluso que él nunca se atrevería a contratar a un "experto en redes sociales", incluso abre este artículo diciendo que iba llamar a su texto "Todos los 'expertos' en redes sociales deben morir incendiados" -fuerte a mi juicio-. Reproduzco un párrafo a reserva de que le den una mirada:
We’re making the same mistakes that we made during the DotCom era, where everyone thought that just adding the term .com to your corporate logo made you instantly credible. It didn’t. If that’s all you did, you emphasized even more strongly how pathetic your company was. You weren’t “building a new paradigm while shifting alternate ways of focusing customers on the clicks and mortar of an organizational exchange.” No -- you were simply an idiot who’d be out of business in six months.
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