viernes, 6 de agosto de 2010

Wikileaks y Diego Fernández de Cevallos


Ahora que venía volando al corazón de Europa logré hilar dos casos que me dieron vueltas durante las últimas dos semanas y que prueban que estamos inmersos finalmente en la etapa protagonista de la Red como medio de información. Los dos temas pudieron probar esta afirmación: los 75 mil documentos secretos del Pentágono publicados en la red Wikileaks, en los cuales se detalla el papel de los servicios de inteligencia paquistaníes en la guerra de EU, la cual ya tiene más de cinco años; y la información que le hicieron llegar al periodista mexicano José Cárdenas vía correo electrónico, que sería publicada más tarde en Twitter, en las que se da cuenta de la ausencia de negociaciones entre la familia del ex candidato a la presidencia Diego Fernández de Cevallos y sus secuestradores.

El primer tema muestra cómo una página que define Diego Beas, autor del libro de próxima aparición La reinvención de la política: Obama, Internet y la nueva esfera pública en una colaboración al periódico español El País, como "la elusiva y novel organización a medio camino entre una agencia de inteligencia privada, un ejército de hackers y expertos informáticos y un nuevo tipo de canal de difusión de información", logró acercar a los diarios Der Spiegel, The Guardian y The New York Times el contenido de los documentos para que estos diarios interpretaran e hicieran digeribles a los lectores.

En su colaboración, Beas compara el ejercicio de Wikileaks con el caso conocido como los Papeles del Pentágono de 1971, famoso por la filtración de información que acabaría con la guerra de Vietnam y con la presidencia de Richard Nixon, llevada a cabo por Daniel Ellsberg. El autor refiere una pregunta fundamental hecha a Ellsberg tras la aparición de los documentos en Wikileaks sobre "qué habría hecho hoy, en la era de las redes e Internet, si tuviera en sus manos documentos de la misma importancia. Sin dudarlo, Ellsberg, un hombre que casi alcanza los 80 años y que ha hecho del acceso a la información y la transparencia en el Gobierno una misión, respondió: compraría un escáner y los subiría a Internet", asegura el autor en su artículo.

En el segundo caso, el del jefe Diego, me llama la atención por la importancia que tomó el Twitter del periodista José Cárdenas y que los captores de Cevallos al parecer conocen perfectamente quién tiene impacto en la Red para llegar no sólo a la audiencia del conductor de Radio Formula, sino a prácticamente todos los medios que no han "vetado" la información.

Fue el pasado lunes 26 de julio cuando Pepe Cárdenas recibió el segundo boletín de un grupo conocido como "Los Misteriosos desaparecedores" vía correo electrónico junto con otra foto de Diego con la revista Proceso, misma que también fue dada a conocer por Twitter. El periodista mostró también una carta del político, fechada el 10 de junio, dirigida a sus hijos en la cual describe el infierno en el que vive y del cual, asegura no saber "cuanto aguante más".

Tras la publicación de su columna del 27 de julio en El Universal, el periodista con 40 años de ecperiencia y con una de las audiencias radiofónicas más amplias en México, fue rotundamente criticado por el uso de lo que llamaban fuentes anónimas. Hubo quienes lo tacharon de irresponsable por no colaborar con la petición de la familia de no publicar información referente al caso para agilizar la liberación de Cevallos. Sin embargo, Cárdenas defendió lo publicado en su propio espacio y en otros como en el de Carmen Aristegui en CNN en español (si quieren verlo clic AQUÍ) argumentando que "Diego Fernández es noticia, pero por supuesto es noticia, por el poder que representa, por el signo político que lo marca... es noticia por donde lo veas. Creo yo que el secuestro de Diego constituye el evento en este sentido de mayor impacto que se recuerde en la historia de México".

Ambos casos, uno en el ámbito internacional, otro en el ámbito nacional, muestran claramente la importancia que Internet tiene actualmente para la difusión de información. Pero, además, nos indica claramente lo que es relevante: el material informativo, un documento, una carta. En una sociedad que está sedienta de pruebas Internet es ya la plataforma más poderosa para cambiar la historia. Eso queda comprobado.

Un abrazo fuerte a los que aprendieron de la charla y la lectura del periodista y cronista Fidel Samaniego, quien murió ayer a los 56 años en el puerto de Veracruz. Descanse en paz.

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