sábado, 9 de mayo de 2009

Adiós a EL UNIVERSAL

A todos los que han seguido este blog.

Es un placer anunciarles que a partir del próximo lunes encabezaré un nuevo esfuerzo editorial en la red al cual he sido invitado, un nuevo diario que surge en la ciudad de México.

Hoy quiero agradecerles desde la redacción de EL UNIVERSAL a todos los que me han permitido desarrollarme como profesionista de la red.

No los mencionaré a todos por pudor, pero saben que han sido una parte fundamental en este proceso de mi vida.

Salud y sigan escribiendo. Les doy detalles del nuevo proyecto pronto.

domingo, 3 de mayo de 2009

Cobertura a un virus




Esperé para ecribir este post unos días para ver si podía entender y sacar alguna conclusión sobre uno de los ejemplos de trabajo de un reportero digital que más ha marcado mi vida profesional, la cobertura a un virus.

Interesante, complicado, casi me atrevería a decir imposible de contextualizar y muy difícil el no caer en que los lectores nos condenen por "inflar" lo que para nosotros ha sido un esfuerzo por hacer llegar la mayor cantidad de información útil para la sociedad.

Hace ya más de una semana pase por mi amiga Fer, al preguntarle cómo estaba me respondió: "preocupada por eso de la influenza". Como en los útlimos meses he estado metido en información internacional para la página no supe complementar su comentario. Hasta que llegué a casa y visité la página de Reforma y vi que eran quienes habían publicado una nota de la llegada del virus al DF.

Lo que sigue de la historia de esta semana en materia informativa ustedes ya lo conocen, desde las asignaciones de nombre, hasta el número de muertos; no me detendré en ello. Lo que sí es que ha sido un caso que me marca como periodista, ya que el pasado sábado llegué a la redacción y vi la nota principal del sitio de EL UNIVERSAL con más de 15 notas relacionadas y más de nueve ligas rojas. Uff!! lejos de darme flojera volver a relacionar todo ese gran paquete, pensé que sólo reflejaba una cosa: que no teníamos idea de cómo cubrir un asunto así.

¿Cómo detectar dónde está el enemigo, cómo hablar de buenos y malos, cómo contextualizar a la gente, cómo entrevistar al AH1/N1? No había respuestas. Bueno ni los colegas que ya tienen sus años en el oficio tenían referente de un caso así. Para los periodistas digitales es más difícil aún porque cómo informar en breaking news de un asunto así. No había respuestas.

Lo que siguió ese sábado fue un ambiente completamente tenso en la redacción, para hoy, al menos eso percibo, un cansancio de parte de todo el equipo que ha colaborado de manera intensa por más de 8 días.

Hoy leía a Kapuscinski, "Me acuerdo, por ejemplo, de que en Moscú durante el golpe de Estado de 1991, los trabajadores de televisión, después de algunos días, ya estaban cansados: hacía un tiempo horrible, llovía, hacía frío. Cuando ocurría algún hecho importante, los equipos se reunían, se ponían a beber vodka o lo que fuera y acordaban no contar nada. Y si los acontecimientos no aparecían en televisión, era como si nunca hubieran ocurrido. Estos buenos chicos decidían si la historia sucedía o no sucedía". Esto no ha ocurrido con Internet, en las páginas mexicanas.

Ojalá nos pudieramos reunir los colegas de otros medios, bueno de nuestros mismos medios para una noche de dominó o una salida al boliche, esto es imposible. La presión de una nota tras otra, de lo que es importante en México y lo que es importante a nivel internacional porque nos observan en todo el mundo es tan intensa que sólo los que están dentro lo pueden entender.

Físicamente el desgaste en estos días ha sido tan fuerte que parece que el bombardeo a nosotros con información, con hasta 12 horas de lo mismo, nos ha golpeado que hasta parece que nos hemos creído algunos de los síntomas, nos ha golpeado hasta con lo más simple que nos aqueja: un dolor de espalda. A lo que voy, sin pretender ser protagonista, es que, sin duda, quienes hemos seguido estas informaciones hemos realizado un gran esfuerzo digno de destacarse, minuto a minuto, estando en las redacciones encerrados, sin duda un momento que marcará el periodismo digital en nuestro país.

Finalmente un datito más: habla un reportero argentino a la redacción pidiendo el teléfono de la comunidad de La Gloria, Veracruz, donde "creyeron" que se encontraba el paciente cero. Malú muy amable le responde "permitame", preguntò en voz alta si alguien lo tenía, nadie. Amablemente, también, Caro le dice "yo tengo el número del corresponsal igual le sirve". Se lo dio. Colgaron. Hasta ese momento reaccionamos, bueno hasta a un colega de un país "hermano" que canceló los vuelos a México lo ayudamos.

Saludos y felicidades a todos. Mis respetos.